La Gran Barrera de Coral en Australia, es el mayor arrecife de coral del mundo, el paraiso que todo submarinista debe visitar. Se encuentra en el Mar de Coral, frente a la costa de Queensland, al noroeste de Australia y se extiende sobre unos 2.600 km de longitud. Está considerada una de las maravillas del mundo natural, y posiblemente sea el espacio subacuático más rico en fauna, flora, formas y colorido del mundo.
Esta descomunal maravilla de la naturaleza da cobijo a una flora y fauna marina incomparable, es el hogar de más de 4.000 tipos de moluscos, 400 de esponjas, 350 variedades de corales y de casi 2.000 especies de peces, mientras que al ras del agua se adorna de preciosas playas de arena muy clara, de manglares y de extensiones de bosques lluviosos. Los buceadores más expertos pueden ir en embarcaciones hasta la imponente caída de la plataforma continental, un abismo de 4.000 metros por donde navegan silenciosos tiburones, rayas y delfines, uno de los platos fuertes sin duda.
La Gran Barrera de Coral se encuentra emplazada en uno de los ecosistemas más singulares del planeta, que no solo hacen las delicias de los aficionados al submarinismo. Al Norte del estado australiano de Queensland se encuentran también las selvas más arcaicas del mundo, con más de 300 millones de años de antiguedad que contienen algunas de las plantas más primitivas que se conocen. Entre su exótica vegetación de intensos verdes, abundan las hojas de tamaño descomunal. Esta selva, atravesada por el río Daintree, se transforma gradualmente, en su desembocadura, en un manglar infestado de enormes cocodrilos de agua dulce y salada. La interacción entre ambos ecosistemas es de extraordinaria importancia.
La capital, Brisbane, uno de los mejores sitios para ver koalas, es una ciudad sureña que como todos los asentamientos australianos comenzó siendo una colonia penal, para terminar convirtiéndose en el centro de la zona más turística del continente austral. Al sur de Brisbane se extiende la Costa Dorada, una sucesión de magníficas playas festoneadas de rascacielos. Allí acuden los australianos a veranear en masa y practicar el surf. Al norte, se halla la Costa del Sol, que goza de más prestigio y exclusividad, donde destaca Noosa Heads.
En el Mar de Coral, hay numerosas islas habitadas que permiten aproximarse mejor a la experiencia de los arrecifes. Algunas de ellas espectaculares por si mismas, como Fraser con sus lagunas de aguas transparentes en medio de un desierto de dunas, o como Hamilton Island, morada de pequeños canguros (ualabís), que tras la puesta del sol invaden los jardines y las playas.
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